
A propósito de la ola de nuevos negocios e ideas bastante innovadoras en términos de emprendimiento empresarial ha surgido un nuevo debate.
Debate que no pasa necesariamente por el grado de innovación del emprendimiento, sino, por la condición de empleabilidad que este genera.
Todos los que trabajamos en el proceso de acompañamiento a emprendedores sabemos qué tan complejo es tener un empleado formal en Colombia, los costos implícitos son elevados y más aún si el negocio recién comienza.
Por este motivo, hay que ser “muy creativo” para poder generar uno que otro empleo, pero buscando la modalidad de contratación que menos impacto genere en el presupuesto, en el modelo mismo del negocio, y sobre todo que lo haga viable y sostenible.
El verdadero problema con esto surge cuando la empresa basó su proceso de crecimiento y expansión a partir de modelos de operación constantes de costos bajos y métodos de contratación que no favorecen a quien les presta sus servicios, porque ni siquiera los podemos llamar empleados.
En ese sentido, muchas empresas que han acelerado su crecimiento, sobre todo aquellas de base tecnológica, han optado por vincular personal a su modelo de negocio en calidad de “socios”, pero en condiciones económicas nada favorables. Citemos algunas de estas condiciones: no pago de seguridad social, riesgos labores, pólizas, bonificaciones extras, estímulos o bienestar laboral, plan carrera, ascensos, entre otros.
En otras palabras, se enriquecen desmedidamente sus accionistas, conservan un estricto y cerrado grupo administrativo u operativo, pero su 80% quienes son los “repartidores, domiciliarios, tenderos, conductores”, como quieran llamarlos, siguen sobreviviendo con las mínimas condiciones. Condiciones que suelen vender estas empresas como modelos disruptivos de contratación de personal y empleabilidad.
Eso no podría concebirse como un emprendimiento socialmente responsable en su plenitud. Por eso el llamado con esta columna es que, si bien podemos ser creativos a la hora de hacer más eficiente el modelo de negocio, no se debe olvidar que el emprendimiento debe ser no solo una opción de generación de ingresos propia, sino también una fuente de empleabilidad, y por supuesto que sea digna y con proyección para todos los involucrados.
El debate está abierto.
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